miércoles, 3 de septiembre de 2008

el origen de la belleza


Podría remontarse a la propia existencia del hombre como una de sus cualidades mentales. La belleza se encuentra en trabajos de filósofos griegos a partir del período presocrático, como Pitágoras. La escuela Pitagórica vio una fuerte conexión entre las matemáticas y la belleza. En particular, notaron que los objetos que poseen simetría son más llamativos. La arquitectura griega clásica está basada en esta imagen de simetría y proporción. La investigación moderna también sugiere que las personas cuyos rasgos faciales son simétricos y poseen la proporción perfecta, son más atractivas.
La belleza, generalmente, era asociada con el bien. De la misma manera el contrario de belleza, es la fealdad y a menudo se asocia con el mal. Las brujas, por ejemplo, a menudo son representadas con rasgos físicos desagradables y malas personalidades. Este contraste es personificado por historias clásicas como
La bella durmiente (1959). De la misma manera, la belleza según Johann Wolfgang von Goethe, de sus 1809 Afinidades Electivas, está "un invitado siempre es bienvenido". Goethe declaró que la "belleza humana" actúa con mucha mayor fuerza sobre sentidos interiores que sobre los externos, de modo que lo que él contempla está exento del mal y sienta en armonía con él y con el mundo."
La simetría es importante porque da la impresión de que la persona creció con salud, sin defectos visibles. En la percepción de la gente bella se dan ciertas concordancias: ojos grandes y tez clara, por ejemplo, son considerados hermosos tanto en hombres como en mujeres de muchas culturas. Algunos investigadores han sugerido que rasgos neonatales son intrínsecamente atractivos. La juventud en general se asocia con la belleza.
Hay pruebas que hacen intuir un rostro hermoso en el desarrollo infantil, y que las normas de atractivo son similares en culturas diferentes. El promedio, la simetría, y el dimorfismo sexual pueden tener una base evolutiva para determinar la belleza. Los meta-análisis de la investigación empírica indican que los tres son atractivos tanto en caras masculinas como en femeninas y a través de una variedad de culturas. El atractivo facial puede ser una adaptación para la opción de compañero porque la simetría y la ausencia de defectos señalan los aspectos importantes de calidad de compañero, como la salud. Es posible que estas preferencias sean simplemente instintos.
Los artistas griegos y romanos también tenian el estándar de belleza masculina en la civilización occidental. El romano ideal fue definido como alto, muscular, de piernas largas, con un jefe lleno de pelo grueso, una alta y amplia frente -un signo de inteligencia- ojos de juego amplio, una nariz fuerte y perfil perfecto, boca pequeña, y una mandíbula poderosa. Esta combinación de factores produciría una mirada impresionante de hermosa masculinidad. Con las excepciones notables de peso de cuerpo y estilos de moda, las normas de belleza son bastante constantes en el tiempo y el lugar.
En el chino antiguo se escribe un signo que significa "hermoso", pero hoy se combina con otros dos signos que significan "grande" y "oveja". Posiblemente, la oveja grande era representativa de belleza.
La cultura
maya consideraba que tener estrabismo era bello, y para conseguirlo, las madres ponían jarras delante de los niños para que crecieran con este defecto; el concepto de belleza puede variar entre culturas.

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